No es nuevo hablar de lograr una fundación sólida en la técnica y el concepto de juego en los jugadores menores de 12/13 años. Sin embargo, vengo y sigo observando desde hace tiempo factores limitantes al respecto. Quizás no se note tanto en países tradicionales porque dominan los fundamentos de formación y producción de jugadores a largo plazo. Sin embargo, no curre en la mayoría de los países y debería ser una prioridad para ellos. Una parte de mi análisis viene luego de realizar camp internacionales para menores de 12 años.
Veamos esto: “Transición desde la zona de base hacia la red: La importancia de manejar la raqueta organizadamente”.
Técnicamente hablando, como detalle inicial destaco la poco definida sensación que tienen los jugadores de cómo manejar la raqueta, en sentir organizado el manejo de la cabeza de la raqueta. Es cierto que cuando se está en el fondo de la cancha, la cabeza de la raqueta se maneja de manera más relajada, relacionado también en como son las estructuras de armado de los golpes de derecha o revés y las empuñaduras que usan, sobre todo cuando son extremas.
La sensación cambia cuando se juega un tiro que lo ubica al jugador moviéndose para adelante y subiendo.
Es clave lograr en el jugador la diferenciación de sensación de cómo tiene organizada la cabeza de la raqueta cuando pasa de fondo a la zona media o a la red. En otras palabras, la sensación de cómo manejarla con una organización y firmeza diferentes.
Subir hacia la red está vinculado con una sensación táctica de buscar cerrar o ir por el punto. Asociar esa determinación ofensiva con la sensación técnica de manejar la raqueta de forma armada y sólida, le permite sentirse al jugador con mayor confianza para percibir y prever el tipo de posible passing. Y mantener la insistencia de buscar y jugar la volea (o smash) sobre el espacio que vinculó con su tiro previo. La sensación de tener la mano organizada y armada, y/o la cabeza de la raqueta armada, potencia la determinación para buscar la volea.
Aun cuando la preocupación del jugador es acomodarse y recuperarse para la próxima volea (o smash quizás), tener la sensación de que la mano sigue armada, lo mantiene con la sensación de determinación que respalda la situación ofensiva de ese momento. Puede estar desacomodado, pero mantiene la idea de volear de manera solida si viene otro passing. En este video de ATP Tennis tv, Boris Becker nos da una buena pauta: https://www.facebook.com/watch/?v=889862194744577
Así como no hay modelos estructurales únicos de como tener la cabeza de la raqueta armada (sí referencias), al inicio del movimiento de un golpe de fondo de cancha, tampoco veo un modelo estructural único de como tener la cabeza de la raqueta armada para la primera volea. Sin embargo, tres elementos muy sencillos cooperan ante la posibilidad de la primera volea:
– Ayudar a crear y reconocer una sensación integrada de lo ocurre o puede ocurrir al subir hacia la red.
– Sentir la mano y la raqueta más firme, simplemente agarrando la raqueta un poco más fuerte.
– Tener el nivel de la cabeza de la raqueta por encima o al menos al mismo nivel de la muñeca.
El diseño de la secuencia metodológica considera que los jugadores, sobre todo aquellos que están en una etapa formativa, se sienten cómodos y obviamente más confiados en aquellos sectores de la cancha que están “más familiarizados”, sencillamente porque le han pegado más veces a la pelota en esos sectores. Conectar adecuadamente el juego de fondo con el juego medio y de red, potencia la sensación al jugador de “sentirse familiarizado en la zona de transición”.
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